top of page
Buscar
  • Leonardo Ramos

Controlavirus

Y así fue como en el año 2020 las predicciones hechas por Bill Gates y casi todas las casas productoras de películas en las que en un futuro un virus iba a hacer estragos en el mundo moderno se hicieron realidad.


La diferencia entre esos virus Hollywoodenses y el que ahora tiene de rodillas al planeta, es que el llamado coronavirus no asesina a todo aquel que se infecta en menos de 24 horas (mucho menos en minutos), sino que se trata de un virus que según las estadísticas 80% de los infectados pueden ser asintomáticos o presentar síntomas leves; del restante el 15% se verá con síntomas un poco más graves y el 5% restante padecerán de afecciones más severas que pueden llevar a la muerte. Cabe destacar que la tasa de mortalidad aumenta en lo que llaman población de riesgo es decir personas de la tercera edad, diabéticos, hipertensos; personas con obesidad, problemas cardíacos, etc


Nos enfrentamos a un enemigo conocido a un virus de la familia COV que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), pueden causar diversas afecciones, que van desde el resfriado común hasta enfermedades más graves. De estas últimas las más conocidas son el síndrome de Oriente Medio (MERS), el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y por supuesto el llamado COVID-19. Es decir no es un virus extraño proveniente de otro planeta, ni una cepa nunca vista contra la cuál nuestro sistema inmune nada puede hacer y menos aún algo que nos pueda llegar a convertir en Zombies.


Dicho esto es bueno aclarar que no es mi objetivo restarle importancia a esta pandemia, mucho menos irrespetar a quienes lamentablemente han perdido a un familiar o persona cercana a causa de este virus. Al contrario sólo quiero expresar mi punto de vista, no de la enfermedad en sí ya que no pertenezco al sector de la salud ni tengo conocimientos médicos; sino de la forma cómo los medios de comunicación y muchos gobernantes han tratado este delicado tema.


Si bien es cierto que estoy de acuerdo con las acciones tempranas de cuarentena que se aplicaron al principio del brote pandémico ya que poco se conocía de los efectos que podía tener en la población, y que era necesario prevenir hasta tener mayor información, creo que a estas alturas el mantener una línea informativa de alerta permanente, en nada ayuda a la salud mental de las personas y por el contrario sirve de excusa a muchos para mantener un control social desde mi punto de vista innecesario.


Ya se sabe que la higiene es importante, que el distanciamiento social en la medida que se pueda hacer ayuda, que el uso de tapabocas puede disminuir el riesgo de contagio, que aplicar medidores de temperatura y lavado de las manos con alcohol al momento de entrar a un establecimiento comercial son factores que disminuyen la propagación, que hay una población ciertamente de riesgo que debemos cuidar y proteger.


Pero también sabemos como muchos médicos dicen y el mundo está de acuerdo que el COVID19 llegó para quedarse y que debemos aprender a convivir con el así como convivimos con muchísimas más enfermedades, virus y bacterias.


A esto quiero sumarle los números, es decir las estadísticas puras y duras. Al día de hoy desde el brote de la enfermedad se reportan 4.900.000 personas infectadas de un total de 7.700.000.000 que habitamos el planeta según el último informe de la ONU del año 2019. Es decir que hasta la fecha se ha contagiado el 6% de la población mundial, causando 323 mil muertes lo que significa que sólo el 0,42% ha muerto a causa del COVID-19 (estadísticas gracias a Dios en descenso).


Si comparamos esta tasa de contagios y mortalidad con otras pandemias en la historia podemos ver una gran diferencia, por ejemplo la gripe española de 1.918 dejó un saldo de 50 millones de muertes, la peste negra aniquiló a 200 millones y la viruela que causó 56 millones de fallecimientos.


Si no queremos irnos tan lejos podemos referir que al día de hoy en lo que va de año, la gripe común ha dejado un saldo de casi 190 mil personas fallecidas, el HIV 650 mil y la Malaria casi 380 mil. Lo que significa que por ejemplo la Malaria una enfermedad reducida a ciertas zonas geográficas y casi extinta en el mundo tiene un porcentaje actual de mortalidad por encima del coronavirus.


Entonces si ya hemos avanzado en el conocimiento del virus, sus efectos, los cuidados y lo más importante las estadísticas. Por qué los medios de comunicación insisten en mantener su constante bombardeo informativo sobre el COVID19. Y hablo de bombardeo negativo porque lo único que recalcan son la parte oscura de la enfermedad: es noticia la cantidad de muertes, no la de recuperados; es noticia que un hombre de 30 años deportista y sin condición previa murió a causa del COVID, no la cantidad de personas de esa edad y con las mismas condiciones que han pasado la enfermedad con síntomas leves; es noticia que ahora “supuestamente” los niños se están infectando con una “mutación” del COVID, noticia que emiten sin tener pruebas definitivas.


Esta manipulación de las noticias para generar pánico es la parte de la historia que se debe empezar a revisar.


Por supuesto que el trabajo de los medios de comunicación es informar pero cuando esa información es excesiva y manipulada sus efectos psicológicos no son para nada saludables. Esto a su vez funciona en dos vías, crean y siguen creando terror en la población y ponen en bandeja de plata el control social de los gobiernos a través del miedo.


En el pasado se ha demostrado como los medios pueden lograr paralizar o sembrar paranoia en los ciudadanos, cuando se dan a la tarea de difundir de manera reiterativa y casi con ensañamiento noticias o escenarios de terror. Algunos recordarán el miedo que causó la llegada del año 2000, o aquellas famosas abejas asesinas (abejas africanas) que supuestamente iban a llegar para asesinar a la humanidad, el ébola, el SARS, el H1N1, la lista sigue y sigue.


Lo terrible de esta situación es que el miedo paraliza y mientras más miedo provoques mayor parálisis de la sociedad, cuya mayoría lamentablemente se deja manipular y repiten como loros lo que escuchan.


Una sociedad paralizada y aterrada es fácil de controlar y manejar. Si la mayoría no tiene la capacidad de razonar y sacar sus conclusiones estamos expuestos a decisiones arbitrarias y a veces sin sentido, ¿o es tiene sentido un toque de queda después de cierta hora?; es decir el coronavirus no se transmite de 8:00 am a 5:00 pm, según los gobiernos la enfermedad ataca por horarios. ¿Tiene sentido abrir supermercados, farmacias, mercados y otros establecimientos?, ah porque el COVID19 solo se transmite en ferreterías, caucheras, tiendas y peluquerías.


En Venezuela de manera particular es evidente que esta situación generalizada a nivel mundial, ha servido como nunca para afianzar el control y ocultar otras realidades incluso más abrumadoras.


Creo que es hora de una pequeña reflexión personal para poder ver en su justo sentido todo el panorama. Escuchar no sólo los noticieros tradicionales y los gobernantes de turno, sino también a esas voces disidentes de expertos epidemiólogos, doctores y científicos que están alzando su voz en contra de cómo se está manejando esta situación, dando un punto de vista diferente y por supuesto basado en el área en la que son expertos.


De todas estas personas que he podido escuchar rescato lo dicho por el doctor Alfredo Miroli: “¿Tenemos que cuidarnos?: ¡claro!, ¿con prudente temor?: por supuesto… ¿patológico terror?: ¡NO!


Somos los ciudadanos conscientes y con criterio los que debemos empezar a cuestionar ciertas cosas, por supuesto desde el análisis, el estudio y los principios de libertad y responsabilidad personal.


Otra Venezuela es Posible.


Lic. Leonardo Ramos

Organización Libertad y Democracia

30 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page