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  • Leonardo Ramos

Los liberales y los enemigos internos del Liberalismo

Actualizado: 20 abr 2020

En la lucha por la construcción de un país distinto en donde la libertad, el progreso y la paz, establecidos sobre sólidas bases morales y éticas sean el norte común en la conciencia ciudadana; los obstáculos que debemos sortear parecieran multiplicarse.


Sabemos que nuestro objetivo es la construcción de la patria más allá de una actitud puramente reaccionaria contra el gobierno que actualmente sustenta el poder. Nuestra lucha no está fundamentada única y exclusivamente en la confrontación con una persona, sino más bien de una visión clara de nación.


Contraponer ideas sometiendo a consideración de la ciudadanía una forma distinta en que se puede enrumbar la nación a través del debate, el pensamiento crítico y no a la lucha física, ha sido nuestro mensaje como organización.

Entendemos que la frustración actual a veces nos coloca en una posición de desesperanza ante la posibilidad totalmente real y factible de nuestro planteamiento. Entendemos que a veces nos sentimos inexorablemente indefensos ante el establecimiento del modelo socialista del siglo XXI por parte del actual régimen; y de las otras visiones igual de socialistas que proponen los partidos que hacen vida en la disidencia política mal llamada oposición.


Sabemos que este tipo de lucha que nace en el pensamiento, crea conciencia, despierta pasiones y decanta en acción, no es corta ni fácil, pero estamos seguros que si queremos realmente “Otra Venezuela”, es la batalla que se debe dar.


Creemos que en este marco de ideas es posible que más allá del modelo socialista y de aquellos que lo impulsan, lo creen y en consecuencia lo apoyan; los enemigos a vencer (como muchas veces sucede) no están en el plano externo, sino al interior del propio modelo liberal.


Cuando en el movimiento liberal nos cuestionamos que la creación de este modelo social, político y económico con principios compartidos, dirigidos a la creación de un proyecto real de país con libertad y oportunidades para todos por igual, es una visión muy a largo plazo... ¿podría ser que el enemigo a vencer entonces sea la inmediatez y el cortoplacismo?


Cuando sentimos que este tipo de lucha basada en ideas más que en enfrentamientos armados, es completamente inútil olvidándonos de las lecciones históricas aprendidas, en que las sociedades fieles creyentes de un ideal han sometido a los más grandes y cruentos imperios... ¿Será posible que el enemigo a vencer es la incredulidad?.


Cuando descartamos la posibilidad de unirnos como liberales en contra de los intereses mezquinos demostrados por los actuales dirigentes políticos de “Oposición”, cuya retórica está cargada de ataques y críticas al actor principal del actual régimen, sin presentar planes concretos de gobernabilidad futura basada en un ideal de país por su imposibilidad de ponerse de acuerdo... ¿No estaremos enfrentando más bien al derrotismo de nuestra conciencia?


Cuando pensamos que es necesario un líder fuerte que se oponga al presidente actual, por considerar que es la única forma de tener éxito... ¿Será que la lucha es en contra de la falta de confianza en nosotros mismos y en nuestra reiterada necesidad de que alguien nos solucione nuestros problemas recurriendo al personalismo del líder mesiánico, por encima de la fuerza que significa la unidad política de los ciudadanos?


Cuando nos repetimos una y otra vez que es necesario luchar por nuestra patria, por nuestra familia y por la generación futura, pero en el momento que nos piden ponernos en acción seguimos anteponiendo nuestras actividades personales por encima de ese pensamiento inicial de combate... ¿Tendremos que sacarnos de encima el facilismo y la comodidad?


A veces y sin darnos cuenta los enemigos más poderosos, los más difíciles de vencer y los que más daños nos han hecho a lo largo de nuestra historia son aquellos que viven dentro de nuestras conciencias, que se desarrollan en nuestros corazones y que terminan destruyendo nuestra motivación.


Vencer nuestros enemigos internos es el primer paso para dar la batalla ideológica por nuestra patria.


El cambio está por venir.


¡OTRA VENEZUELA ES POSIBLE!


Lic. Leonardo Ramos

Organización Libertad y Democracia

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